Pocos son los asilos que cuentan con una buena infraestructura. La mayoría ni siquiera fueron construidos para esta función, sino que son casas mal adaptadas y sin personal capacitado, por lo que brindan poca ayuda a los ancianos. Tampoco puede determinarse cuales son los más deficientes, si los de la iniciativa privada o los públicos, porque no existe un control adecuado por parte de las autoridades, en torno a si estas instituciones cumplen o no con los requisitos que marca la ley.